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Recuerdos de este verano (2017)

Corría el final del verano de 2014, el primero en la vida de El Santo, cuando escribí un post con los recuerdos del verano. Al año siguiente, en 2015, repetí con otro post de recuerdos. Entonces me propuse hacerlo cada año y, por supuesto, en 2016 fracasé jajaja. Estaba llevando un embarazo de mierda muy malo y no tenía yo cuerpo. Pero heme aquí para retomarlo porque, además, este ha dado mucho de sí.

Lo hago en el mismo formato, con 5 recuerdos del verano.

1.Los viajes

Algo muuuuy temido eran los desplazamientos, pero se han dado genial. Atrás queda ya el primer viaje en tren de El Nuevo, que me hice yo solita con El Santo también a cuestas. 4 vuelos hemos cogido, CUATRO, y en todos se han portado de cine. Los trayectos en coche también han ido fantásticamente y han sido probablemente más de 20. ¿A qué familia se le caen las 4 paredes si se quedan en casa?

2. El agüita

Hemos catado bastante piscina pero poca playa. No me gusta llevar a los bebés a la playa porque creo que ellos no disfrutan y que no son las condiciones más idóneas: caloraco, arena, sol… Y para los padres tampoco es que sea el planazo, vamos. Así que mi madre nos patrocinó los momentos playeros para disfrute de El Santo quedándose con bebé. En la piscina El Nuevo no se ha bañado por el tema del cloro y porque como hasta los 6 meses no se les debe poner crema… En fin, yo que es soy muy purista con algunas cosas.

3.El Santo se hace mayor…

Último día de guarde

Tras 3 cursos, se acabó. Desde los 6 meses que empezó fue feliz. Creo que sólo una vez dijo que no quería ir. Así que para que no nos pierdan de vista El Nuevo toma el testigo.

La operación pañal

Otro asunto muy temido y que luego fue muchísimo mejor de lo esperado (aquí podéis leer nuestra experiencia). Qué mala costumbre la de imaginarse las cosas con tremendismo… Casi siempre es pero pensarlo que pasarlo. Apuramos con la esperanza de que él nos lo pidiera pero, viendo que no, se lo pedimos nosotros jejeje.

4. Mi segunda lactancia

 

Aunque iniciamos regulín, el establecimiento de la lactancia no fue ni la mitad de duro que con El Santo. Para empezar porque yo me encontraba de lujo. Para terminar porque la experiencia es un grado, y la información otro. Sabía que pasaría (por la experiencia) y sabía lo que tenía que hacer (por la información aprendida). Tuve grietas, al igual que la primera vez, pero menos y las manejé mejor. El Nuevo me ha resarcido engordando cual lechón, cosa que su hermano el pobrecito…

 

 

5. La familia

Nosotros pasamos de ser 3 a ser 4, y eso ya marca.

Por supuesto implica más gente en la cama jejeje.

Ver cómo se va creando la relación entre los hermanos me encanta. El Santo le adora pero  a veces disimula jajaja. Y El Nuevo, inocente todo él, se parte de risa con su hermano. Qué miedín me dan las futuras peleas entre ellos.

 

Por otro lado, hemos compartido tiempo con los primos, que se adoran pero se ven poco porque estamos de punta a punta del país. Es de las cosas que más pena me da y que menos me gustan de mi vida: la lejanía de la familia.

 

 

 

 

 

 

 

 

Y, además, ¡ha nacido un primito nuevo!

Vistos en fotos, los recuerdos del verano pueden estar dulcificados, pero no ha sido un verano fácil aunque sí bonito. Precioso por tener a mis dos pollos lo que, a su vez, lo ha hecho agotador. Precioso por ser, muy probablemente, mi último verano con un bebé y, en este sentido sí ha sido llevadero, porque es muy tranquilo, risueño, feliz… me da dado una vida brutal, me ha llenado de felicidad hasta las lágrimas. Aunque también me ha agotado. Dormir, no es lo suyo jejeje. Es de familia. Su hermano mayor sigue maldurmiendo, lo que también ha resultado en cansancio. Cansancio físico, pero psicológico casi más. Digamos que se ha portado como el culo regulín. Ilusa de mí pensaba que en verano, al estar más tiempo todos juntos asentaríamos buenos hábitos. Claro que sí, guapi. A helado diario, rabieta diaria, malos modos, irse a la cama más tarde que en su vida… y así en bucle. Empezó fuerte, en casa de mis padres. Entonces pensé que cuando nos fuéramos de viaje solos los 4 ya sí que iba a ser todo paz y amor. Ja,ja,ja,ja,ja. Fue a peor así que el viaje a Asturias y a Cantabria… infinita se me hizo Cantabria, sí. Pero, aún así ha merecido la pena. Eso sí, fue amanecer en su cama y volver a ser el mismo. ¡Menos mal!

También tuve un disgusto que me dio un berrinche de 4 días, pero bueno, “superado”.

Y ya ha pasado, un verano más… pero, ¡benditas rutinas! Yo creo que, con niños, son fundamentales, porque saben a qué atenerse y eso les genera estabilidad. Vamos, que viva el invierno, que además aquí hace un calor insufrible en verano.

+1 Puretas de  concierto

Se me olvidaba y esto lo quiero recordar muuuucho porque me hace ver que la pareja, ahí está y algún día volverá jajaja. El maromo y yo nos fuimos de concierto. Unos de mis grupos favoritos, Sidonie, tocaba en Córdoba. Era imperdible la cosa. Así que, tras semanas de indecisión y viendo que haría “fresquito” (es decir algo menos de 40º) ese finde, encasquetamos los peques a sus padrinos y, a vivir. Disfrutamos muchísimo y todo salió perfecto. Por supuesto los niños se durmieron más fácilmente que nunca.

Ah, y ya puestos, esta ha sido la banda sonora de nuestro verano

¿Cómo fue vuestro verano? Os animáis a contarme algún recuerdo.

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Comments (4)

  • Mamá Pingüino

    septiembre 26, 2017 at 10:53 am

    jaja, la verdad es que habéis tenido un verano muy completo y lleno de momentos geniales!

    1. nuria_nueve_meses

      septiembre 30, 2017 at 10:56 am

      Y de momentos no tan geniales jejeje. Completo sí, a tope.

  • diasde48horas

    septiembre 27, 2017 at 3:42 pm

    La primera foto es preciosa. Me gusta el post de recuerdos del verano 🙂

    1. nuria_nueve_meses

      septiembre 30, 2017 at 10:55 am

      ¡Gracias, guapa! Mola mucho releerlos con el paso de los meses.

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