Finalizando 2019 entré en un estado de apatía mortal en el que si ya no quería hacer nada, proponerme retos o hacerme propuestas de mejora se me hacía bola. Pasados unos días, revisitado el año 2019 a través de los recuerdos recogidos en este post  así como revisados los propósitos de 2016, 2018 y 2019  ¡todo cambió! Muchas veces es cuestión de forzar si no es el momento, aunque las ganas hay que inventárselas, eso está claro. Y, al final, aquí están mis PROPÓSITOS 2020.

El origen: propósitos 2016

En 2016 me planteé poquitas cosas pero importantes. De hecho, posteriormente, me he dado cuenta de que han sido mi mapa de ruta desde entonces. Y ellos me han llevado a mucho de lo que he hecho o al revés, no lo tengo claro pero creo que es lo mismo.

–  Paciencia (social): contarhasta 10, hasta 100, hasta 1.000 y así hasta el infinito; procurar cerrar la boca mucho, mucho y pensar,más aún, antes de abrirla; Empatizarcon el prójimo hasta el límite del autoengaño

 – lectura (diaria): en lugar de dejarme caer en plancha en el sofá intercalando móvil y tele

 –  Orden (físico): una vez a la semana, al menos, abrir un cajón o armario y tirar/donar lo prescindible reorganizando el espacio: – es +

 – mesura (alimenticia): reducir el azúcar, los procesados… muriendo de pena, vaya, hasta acostumbrarme, que voy a ser la hermana del novio y tal vez algún día madre de nuevo y, para esto, hay que prepararse muy mucho

Y después… hasta 2019

En 2017 estaba a poco de parir y se ve que me planteaba sobrevivir y poco más. Y está bien. Sin embargo, como suele ser habitual, la maternidad me trajo deseos e impulsos brutales de seguir creciendo. Así que para 2018 volví a la carga con nuevas propuestas de mejora. Y me di cuenta de que lo planteado para 2016 seguía vigente. Lo estructuré en áreas. En 2019, revisé todo y valoré las mejoras de 2016 y 2018. Replanteé los objetivos partiendo de las mismas ideas/necesidades/deseos.

Pero… si los propósitos 2020 siguen siendo los mismos propósitos que en 2016…

Ya, lo sé, puede dar la sensación de que no progreso, pero no es real, hay mucha evolución, muchísima, desde hace 4 años. Por supuesto, en unos aspectos más que en otros que incluso han variado según los años y lo que he podido hacer en cada uno de ellos. Las ansias de leer eran un deseo de continuar aprendiendo y durante estos años me he formado muchísimo. Desarrollar la paciencia, una necesidad personal de vivir más tranquila y he ido aprendiendo a ser más compasiva con los demás, a seleccionar mis luchas, a hablar lo debido. Y el orden físico y alimenticio, necesidad de paz mental. Esto, ciertamente, va por momentos ja, ja, ja, porque la vida me arrastra y yo no me entero ya que voy a mil por hora.

Nos planteamos objetivos para UN AÑO, pero no somos conscientes de lo que podemos lograr en TRES AÑOS.

Hace poco leí una frase que decía algo similar y no podría estar más de acuerdo. El primer año debería ser una aproximación a los cambios, un poco de ensayo y error, de aprendizaje, conseguir unos y otros no. Pero, lo importante es no cejar en el empeño de lo que consideramos importante para nuestro crecimiento personal y vida.

PROPÓSITOS 2020

Objetivos personales

• Continuar mi formación en Disciplina positiva (este curso tengo en mente hacer la certificación para llevar la DP al aula y, si fuera posible, a la pareja. El año pasado conseguí hacer 3 certificaciones: familia, organizaciones y primera infancia)
• Controlar el uso del móvil. Me aplicaré bastantes de las estrategias que comenté en este post.
• Comer sano y recuperar un peso saludable reduciendo 1 kilo al mes. Me parece mucho más que factible ir tan lento así como más adecuado tanto en términos de salud como de hábitos. Además me permitirá hacer vida normal (no renunciar a salir por estar a dieta, cosa más triste) y tener menos presión me está ayudando porque tengo la sensación de que lo hago porque quiero.
• Seguir leyendo. El año pasado leí bastante, para la media nacional ja, ja, ja. A ver si este año aumento el número de libros y no son solo de “estudio” sino también novelas…
• Festejar de vez en cuando. Todos los meses tengo una cita con amigas y procuraré apuntarme a todo plan que salga ja, ja, ja.
• Salir a andar una vez a la semana. Sí, sé que el deporte es fundamental y que caminar una vez a la semana es como el que tiene un tío en Graná. Pero la vida da para lo que da y todo es empezar.
• Vivir despacio y reducir la carga mental. Esto es clave para mí ya que tengo tendencia a abordar mil cosas y todo a la vez. Y no, no puede ser.

Objetivos de pareja

Mantengo los de 2019 porque me flipan y hay que seguir trabajándolos

• Hablar 15 minutos cada noche sin pantallas
• Respetar nuestras normas de convivencia (elaboradas el año pasado)
• Hacer una sentada el 2º viernes de cada mes (para reflexionar sobre cómo va todo, alegrarnos de lo bueno, buscar soluciones a problemas…)
• Salir a comer solos alguna vez e intentar una escapada de una noche al menos.

Objetivos familiares

• Seguir haciendo las reuniones familiares semanales
• Salir de excursión 1 o 2 veces al trimestre
• Planificar y organizar con tiempo las necesidades de la familia (comidas, menú semanal/mensual, economía…). Os dejo de regalo un planificador semanal (pincha aquí) por si os ayuda en la organización familiar.
• Potenciar el aprendizaje de habilidades de mis hijos, particularmente y por las implicaciones que tiene, la colaboración de los niños en casa.

¿Qué os parecen mis propósitos? ¿Os habéis planteado algunos? ¿Cuáles? Yo, lo que tengo claro es que piano, piano. Lo importante es avanzar y si la mejora se ve en 2020, bienvenida sea.