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Primer día de playa

Primer día de playa o el infierno en la tierra. Con razón no fuimos el año pasado.
No, no exagero. Creo que me he quedado traumatizada. Si bien soy poco romántica en mis ensoñaciones maternales, sí que me había hecho una idea algo bucólica del encuentro de El Santo con el mar. En realidad así fue, pero para él.

Por supuesto el carro se queda en casita. Menudo armatoste. 

Con la mochila tienes dos manos libres y maniobras mucho mejor.

Bajamos a la playa sobrinos, cuñada, marido, El Santo y yo. Por el camino tuvimos una baja: El Santo sénior tuvo un momento maridopadre y decidió que se quedaba a darse a los gin tónics, que obviamente cansan bastante menos que la playa con un bebé. Lo que no sabía yo es cuánto menos. Pero a mí nada me detenía, quería vivir la experiencia preciosa de ver a mi retoño gozando en el agua con el buen presagio que teníamos por ser un delfín en la piscina y disfrutar como loco con o sin su flotador.

Una vez instalado el campamento, sombrilla incluida que la pielecita de un bebé es muy delicada, si bien llegamos a la playa sobre las 19, nos acercamos a la orilla. Entonces entró en éxtasis. Le puse de pie para ver cómo reaccionaba ante lo fría que está el agua (océano; no se lo desearás ni a tu peor enemigo) y se volvió más loco todavía. Cual pez varado en la arena luchaba por adentrarse en el agua. Y, teniendo en cuenta que aún no camina, no os cuento cómo quedó mi espalda tras una hora como el jorobado de Notre Dame. Entre sujetarle por los sobaquillos y cogerle cuando venían las olas, un ocho. Porque además lo de cogerle por los brazos, que me daría un margen más que digno de respiro espaldar, nada de nada, que he leído que es malísimo, cero ergonómico y demás. Eso, señores, es amor.

Y la pregunta obvia es que por qué no le pusimos en su adorado flotador. Uy, lo intentamos, ya lo creo, por el bien de mi espalda, pero era como si le arrancáramos las uñas. Imposible. Tras varias contorsiones dignas del acróbata más experimentado desistimos.

No hace falta deciros lo que me acordaba del padre de la criatura (y de toda su familia) aunque por suerte a ratos tuve la ayuda de mi cuñada, de mi hermano y de una amiga de mis padres que tuvo la mala fortuna de cruzarse. Saqué a la criatura del agua para llamar al padre pero el hijo, ay el hijo. Me montó un pollo digno, no ya de Super Nanny, no, de Hermano mayor. Llorando desconsoladamente, retorciéndose en mis brazos y todo el mundo mirando (a mis lorzas seguro que también, los muy mamones). Supongo que muchos pensarían que anda que esta, obligando al niño a estar en la playa, los niños tan pequeños no deberían venir a la playa, qué coñazo con lo a gusto que estaba yo leyendo y demás. Mi cerebro iba a mil por hora y me hervía con pensamientos tales como: ¿le dejo en la toalla mientras llamo a su puñetero padre?; a la playa sola con él no puedo bajar que esto exige unas maniobras ahora mismo que requieren entre dos personas y un ejército; mira qué cabrones suerte estos dos pipiolos leyendo y tomando el sol, veréis, veréis cuando tengáis un hijo; señora, sí, llora, pero no le estoy maltratando así que deje de mirarme que a mí no me gustan tampoco sus pechotes al aire y no digo nada; perdone, caballero, pero no fiscalice con la mirada que no le estoy obligando sino que es que el niño se cree un pez y no quiere salir del agua. Puede parecer de locos este bullir de pensamientos pero me pilló desprevenida el tema. No me esperaba ni que no fuera aceptar el flotador, ni que se fuera a convertir en un psicópata al sacarle del agua y mucho menos que solo quisiera “andar” en el agua.  Y si a esto le unes que yo no soy precisamente la sirenita, que me molesta la arena y no mato por pasar 15 horas en la playa… solo puedo decir ahora mismo…

P.D. tengo la esperanza de que más pronto que tarde comience a andar y tal vez eso nos libere un poco de la postura ortopédica y lorcera que ahora mismo exige. Seguramente me trague mis palabras porque sea peor. Por otro lado, actualizo este escabroso asunto y he de reconocer que los sucesivos baños playeros han mejorado en relación al pollo de salida del agua. El resto, se mantiene igual.

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Comments (7)

  • Sandra Barros Couso

    agosto 31, 2017 at 6:17 pm

    Jajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja, me encanta tu experiencia pero q sepas q todas la pasamos. Yo cuando lleve al mío por primera vez eramos 6 adultos vigilando un día 2 de abril de mucho calor y el terremoto berreando por q se quería meter en el agua y por supuesto helada. Pues le quite la camiseta y lo deje mojarse, el vídeo es digno de ver,no había persona más feliz en toda la playa,el problema fue cuando el agua le llegó a la barriga que pegó el salto padre y dijo q de ahí no pasaba. Más entrado el verano y corriendo como corre ir a la playa ya no es como hace dos años,hay q tener mil ojos. Que si se va hacia el agua, q si se come la arena, que si le coge la pala a otro niño, que si le quiere tocar las tetas a una señora, experiencias para recordar.
    PD: no quieras comparar al Santo con el leoncito por q yo tb pensaba que mi hijo tb era muy tranquilo pero al lado de leoncito cualquier niño es un terremoto

    1. Nueve Meses y un Día Después

      agosto 31, 2017 at 6:20 pm

      Es un alivio, aunque no resuelve nada, saber que todas, más o menos, pasamos por lo mismo +Sandra Barros Couso Miedo me da lo que está por venir según me cuentas, jejeje.
      Menos mal que es que Leoncito es El Santo encubierto, que pensé que lo normal era lo del pequeño de +Cristina Bienvenida jajaja. Pero vamos, a ver si nos vemos en agosto y valoras si El Santo no es un terremoto. Ja,ja,ja. La cosa es que bueno sigue siendo pero NO PARA NUNCA. Ja,ja,ja. Gracias por pasarte. Besis

  • Cristina Sánchez (Bienvenida mamá)

    agosto 31, 2017 at 6:18 pm

    Jajaja me parto contigo!! Si es que la rara eres tú, como no te gusta disfrutarla con tu peque? Si es maravilloso hacer una mudanza cada vez que vas!! Y lo de sacar kilos y kilos de arena después en la ducha es lo mejor!! En fin, me alegro de que mejorara algo la cosa. Por cierto mañana publico también los primeros días de playa de leoncito, aunque más tranquilos que los del niñopez jiji.
    Un beso guapa!!!

    1. Nueve Meses y un Día Después

      agosto 31, 2017 at 6:20 pm

      Ay, te leeré con envidia entonces. Sí, sí, muy divertido hacer la mudanza y tener que sacarles arena de las partes más insospechadas. Por cierto, me quedé un poco traumatizada con el contraste tranquilidad leona-inquietud santa. Ja,ja,ja. Cada día se mueve más, me va a dar un jari. No paraaaaaa. Hoy se quería tirar al agua, como buen niñopez, en el puerto de paseo con mi madre. Como dice mi padre, es que no siempre ha sido así e igual por eso también nos llama la atención pero nooo, nooo, que yo he visto a tu hijo. Ja,ja,ja.
      Un besote y gracias por comentar.

  • Beatriz Martinez

    agosto 31, 2017 at 6:18 pm

    Jajajaja!!! Buenisimo!!! Tienes mas razón que un Santo!!… Vivi la misma experiencia en junio, con mi bebe de 10 meses, preciosa imagen en mi cabeza, que sienta la arena mojada, que vea las olas, y demás… Lleve un.pareo que ocupaba media playa pero mas veloz que un rayo salia de el para comerse la arena a puñados!! Sin descanso… Una y otra vez… Y su querido padre tampoco me acompañó ese día, menos mal que fui con dos amigas dispuestisimas a ayudar y entre las tres algo hicimos. A mi la experiencia me sirvió para aprender que a l playa con un bebé SOLA Nunca mais!!!! Tengo que decir que en.lo que llevamos de veraneo algo hemos.mejorado y ya no se come la arena tal.cual, sino que escarba como un perrito y se come lo que encuentra… (Palos, conchas, etc…) en fin, donde quedaran esos días de tomar el.sol y leer un buen libro…

  • Andrea Matos

    agosto 31, 2017 at 6:19 pm

    Disculpa amiga, pero cuando aprenda a andar será un tanto más difícil, ya que querrá meterse solo, jugar entre las piedras o jugar con los niños mayores… Etc. Mas peligros jajaj, pero te la pasas bien. Solo te recomendaría que compraras una piscina pequeñita para llenarla del agua y así dejar entretenido al peque y lejos del océano. Te da este consejo una mama de un peque de 27 meses que ya camina , medio habla y manda jaja .

  • playa con niñosA la playa con niños: cachivaches facilitadores en la vida con hijos

    julio 30, 2018 at 10:35 am

    […] que hay que darles para quitarles la arena; digno de Scoth Brite, vamos. Ya hablé de ello en este post sobre el primer día de playa de El Santo. Atrás quedó ir a la playa con una bolsa ideal, a la par que de tamaño normal, con un libro […]

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