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Cuando tú naciste: preparando la llegada de un hermanito

Hace algunas semanas os conté en este post una serie de mierdertrucos, cuáles eran nuestras estrategias para preparar al El Santo para la llegada del hermanito. Uno de los puntos era enseñarle fotos de cuando era bebé. Tenemos bastantes por casa y, al principio, tirábamos de ellas ya que al peque le gusta mucho ver las fotos y repasar quién sale en ellas. A mí me encanta tener fotos y además, desde que nació, más tenemos ya que como parte de la familia está lejos, es una forma de recordarles y hablar de ellos, de que El Santo les reconozca y tenga presentes. Viva Facetime, por cierto.

La cosa es que me he venido arriba y le he hecho un álbum de cuando nació. Lo cierto es que lo tenía pendiente desde hace años así que he recopilado las fotos que tenía de ecografías, de la barrigota de su madre cuando aún estaba dentro, de mi gepeto pelín descompuesto el día de la inducción, de sus primeros momentos fuera de mí, de sus primeros días… Fotos con familiares y que representan nuestra rutina de aquellos momentos para que entienda un poco más el proceso, que los bebés están siempre en brazos, que comen de la tetita de mamá y demás.

 


Como soy una flipada de las libretas pues he cogido una que tenía en casa pero he utilizado una de publi y la he tuneado, que hay que reutilizar, ¿no? Las tapas son duras y tiene goma para cerrar, qué más se le puede pedir. 😛 Como las páginas son finillas las he pegado dos a dos para darle más consistencia.

Tapando la marca de la libreta


 
Aquí he hecho una solapilla muy Barrio Sésamo en plan “dentro-fuera” A ver cuánto dura sin destrozarla jejeje.

Aún quiero añadir alguna foto más y, si la vida me lo permite, incluir otras con el paso de los meses de forma que El Santo observe la evolución de El Nuevo en comparación con cómo era él mismo. Me parece, además, un ejercicio de empatía estupendo. No sé hasta qué punto calará pero creo que nada, absolutamente nada, cae en saco roto.
Ha sido algo sencillo, aunque lleva su rato hacerlo medio mono. Me resultó muy emocionante, la verdad y creo que le gustará ahora y mucho más cuando sea adulto.

¿Qué os parece la idea? ¿Os animaríais a hacer algo parecido o lo hicisteis? ¿Qué otros trucos veis convenientes para dulcificar la llegada de un hermanito?

 

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