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Las noches (el jorror de tener hijos)

Las noches, de niño te asustan, de adolescente te fascinan, de joven (léase sin hijos que yo soy muy joven aún) te divierten y de adulto (léase con hijos) te asustan de nuevo. Incluso te aterrorizan. No a todos, lo sé y os odio. A mí me entra de todo según oscurece. Como podéis ver, vengo a hablaros de los despertares nocturnos, también conocido como el fenómeno de

 las MIERDANOCHES o JORRONAITS

En breve se cumplirá el primer aniversario de no dormir. Vamos a celebrarlo a tope, vamos, un alegrón. El angelito no lleva durmiendo mal desde que nació. De hecho, pasó de ser un lirón canijo al que era imposible despertar para comer, a convertirse en un ceporro que duerme menos que… Los primeros 10 meses fueron maravillosos morfeísticamente hablando. Se dormía temprano y casi siempre del tirón hasta las 7 o 7:30 de la mañana. No había despertares nocturnos. Aunque el madrugón era digno de mención pero, ahora mismo, lo firmaba. Los infrecuentes despertares nocturnos eran, además, muy llevaderos porque enseguida se quedaba dormido. Incluso a veces no estaba ni despierta la criatura. Luego llegó el 24 de diciembre y FUN, FUN, FUN, catapún: el niño Jesús nos trajo de regalo un niño insomne. Y a los despertares nocturnos vinieron acompañados de peores madrugones: entre las 6 o 6:30 tocaba diana.

Criar es muy difícil, duro y cansado. Si tú estás cansado, el acabose.

Criar a un retoño que no duerme es muy jodido más, mucho más de todo lo anterior. Siempre he dicho que prefiero que  no duerma a que no coma porque creo que eso agobia más, genera momentos muy tensos y negativos con los niños y te hace preocuparte por la salud del peque. Pero yo ya… no puedo más. Me preocupa MI salud física y, sobre todo la mental. Y la de mi maromo, of course. La última etapa la estoy llevando francamente mal. El agotamiento ha traspasado la frontera de mi body y hace mella en mi mind. Estoy de peor humor, más negativa y todo es mucho más caótico. Seguramente ha coincidido con una época de más trabajo y más estrés laboral (lo que hay que aguantar por favorrrrr) lo que lleva a menos organización doméstica, marital y personal, más agotamiento… Vamos, que me estoy volviendo to creisy.

Afortunadamente sigue durmiéndose pronto y tarda menos en quedarse grogui que cuando dormía bien. Eso nos permite tener un poco de vida. Somnolienta pero vida. Aunque no demasiada porque sabemos que debemos acostarnos pronto. En general he de decir que lo llevamos con mucha bastante dignidad y los litros de antiojeras son nuestros mayores aliados. Aunque yo tiro más de raya de ojo (choni power). Y ahora, que tengo unas vacaciones estupendas, no me saben ni a vacaciones porque tengo más sueño que una oveja y como no vengan los abuelos en mi auxilio, estaré muuucho más cansada que cuando voy a currar, como os contaba hace un año al hablar de que las vacaciones con hijos no existen, son los padres (abuelosantos que se quedan con el peque para que tengamos un respiro aunque sea para planchar tranquilos).

Lo peor de las MIERDANOCHES y sus despertares nocturnos:

-la incertidumbre: ¿dormirá bien o no? ¿se despertará mucho o poco? ¿si se despierta será un drama o conciliará el sueño rápidamente? Demasiadas preguntas para una mente cansada.

-la tensión cuando se ha despertado tropecientas veces. Nos ha pasado a El Santo Sénior y a mí no poder dormirnos del acojone de que se vuelva a despertar.

-la desesperación que produce

-los divorcios efímeros por las noches o amaneceres: “ve tú que yo he ido 500 veces”; “tengo sueño”; “no puedo más, relévame” y así sucesivamente y con gritos alguna que otra vez

Consecuencias curiosas de las MIERDANOCHES en los días:

-cuando llevo varios días durmiendo de culo estoy como en un estado cercano al Nirvana. Hiperactivada y capaz de hacer muchas cosas. O tal vez deliro y me lo creo.

-cuando finalmente duerme una noche del tirón al día siguiente quiero morir y no puedo con mi alma. Curioso esto. Yo lo identifico como eso que ocurre de que llega el finde o vacaciones y te pones malo.

Tiene que haber una explicación cinetífica para esto. Si alguien la conoce que me la cuente, por favor.

Y en vuestras casas, ¿abundan las ojeras de oso panda o tenéis los ojos más lisitos que la Preysler? 

Si es así, por favor, por favor, no me lo contéis.   Je, je, je.

Un momento, un momento, que no pué ser esto. ¡Cuánta negatividad de mierda! Edito el post para añadir

#mierderconsejos animosos:

acuéstate lo más seguido posible a cuando tu/s miniser/es cierren la pestaña. Así, al menos y aunque sea de forma interrumpida, ganaras un par de horas de sueño. (Aquí vamos por temporadas de acostarnos tarde para tener vida o pronto para sobrevivir. Ahora estamos en la segunda)

– establece turnos nocturnos y mañaneros cuando la cosa sea insostenible de manera que ambos dos locos que decidisteis procrear podáis descansar un poco. Podéis ir por turnos dividiendo la noche en dos mitades o sucediéndoos alternativamente para acudir a los despertares nocturnos, o bien una noche cada uno.

– piensa que NO es para siempre. Algún día, volverás a dormir. Aunque luego, volverás a no dormir. Se llama “quiero salir hasta más tarde; todos mis amigos vuelven a las 3”. Pero, esa es otra historia.

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Comments (1)

  • Método padre: en busca de las noches perdidas. El fin de los despertares.

    septiembre 19, 2018 at 5:35 pm

    […] Cuando vas a ser madre te avisan, en plan cuñado, con el clásico “duerme ahora, que verás”. Cuánta razón tenían los agoreros. Más de 4 años de jorrornaits nos avalan. Y os diré que se puede sobrevivir a no dormir, maldormir o dormir intermitentemente, sí. Malamente pero se puede. Yo diría que incluso te acostumbras a ese estado de perpetua resaca. Porque así es como te sientes muchas mañanas, como si te hubieras corrido una juerga. ¡Ay, qué risa! Pero llega un momento en el que YA, necesitas acabar con ese modus vivendi impuesto y recuperar las noches perdidas. Entonces, te lanzas y le propones a la parte contratante intentar EL MÉTODO PADRE. Porque, qué queréis que os diga, para mí, los despertares nocturnos, las jorrornaits, son de lo peor de la maternidad. Ya hablé de eso en este post (pincha). […]

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