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9 meses y 7 días después: el nacimiento de El Nuevo

T Pues sí, hasta la semana 41 se hizo esperar El Nuevo. Pero esa espera la compensó llegando a la velocidad del rayo a este mundo y teniendo la decencia de no nacer el día 26 de febrero, que ya estaba ocupado con el cumple de su hermano mayor. De hecho, fue acabar el domingo 26 y empezar a notar yo cosillas. Esta vez claramente no inventadas, como todas las señales y síntomas que a lo largo de los días anteriores me inventaba. Al fin parecía que iba a parir yo solita librándome de la tan temida (que no temible) inducción… ¡Yuhu!

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Así que esa noche de domingo la pasé en una especie de alerta tranquila que hizo que sólo durmiera 2 horas. Calentando para lo que me esperaba, vaya.
Empecé con contracciones muy leves y soportables. Hasta las disfrutaba, vamos, tales eran las ganas de parto natural que tenía. Luego se me quitaron, las ganas digo. Cuando ya iba a amanecer empezaron a ser más fuertes y el cansancio me vencía pero claro, cada poco contracción y me despertaba. Empezaba la fiesta. Aún así, cosquillitas al lado de lo que estaba por llegar.

Por la mañana El Santo, como casi siempre, facilitando las cosas, se despertó de muy buen humor. Como era festivo en la guarde, el padre de las criaturas (ya en plural Dios mío) se lo llevó a casa de los abuelos ya que a  mí me tocaba revisión por eso de llegar a las 41 semanas. Nos recogió la futura madrina de El Nuevo porque en principio mi maromo no vendría pero como estaba la cosa tomatosa pues pensé que mejor que me acompañara. Una decepción por supuesto ya que, como no podía ser de otra forma, es entrar  en monitores y tener menos contracciones que un muro de hormigón. Y ya lo típico, “te vienes en dos días (miércoles) y si no el viernes inducción”. Y yo en plan “¿cómorrrr? Señoras, que: punto 1, quiero parir ya y, punto 2, aquí dentro están pasando cosas”. Pero nada, que te pires.

Mi maleta para el hospital. Como había aprendido de la otra vez,
no me la llevé a la revisión al hospital aunque yo sabía, jeje, que iba a parir ese día.

Así que seguimos el periplo porque como a esas alturas de la peli no estaba claro donde iba a parir (en seguridad social o privado), también tenía revisión en otro hospital. Desde luego las mujeres que hacen el seguimiento doble todo el embarazo menudo tostón. Y en el otro hospiral, más de lo mismo, ya si eso tendría que ir a inducción pero con un día más de plazo (sábado en lugar de viernes). Yeah! Todo lo que fuera tener margen… Me dijeron que me harían nueva revisión el jueves e inducción el sábado. Pero ya le dije yo a la matrona que esperaba verla esa misma tarde. Que lo notaba ya de verdad jajaja. Y ella me dijo que hasta el día siguiente estaba así que le dije que estupendo, más a mi favor. Era un solete. Nuevamente en monitores, me lucieron poco las contracciones ya que en monitores cualquier pedo de lombriz habría subido más la rayita esa que indica las contracciones. Y un rato antes, desayunando me había tenido que levantar bastantes veces y moverme del dolor(cillo) que me entraba.

Pues nada, aproveche para visitar a mi amiga que casualmente acababa de tener a su retoño en ese hospital y a casa de la suegra a comer a mesa y mantel. Y menudo mal rato. Empecé a tener contracciones dolorosas (chistaco para lo que estaba por venir), cada muy poquito así que prácticamente no me podía sentar a comer. Pero yo con la comida no juego y comí. Lo primero es lo primero por muy de parto que estés. 😜😜 Además se espaciaron. Me fui a casa a ver si podía descansar tras la noche en vela y en vilo. Más de lo mismo. Me dormía pero en cuanto venía una nueva contracción me despertaba. Pero bueno, menos da una piedra y algo descansé, como siempre con el patrocinio de los santosabuelospaternos y de la santatíapaterna.

Sobre las 8 de la tarde llegaron Los Santos y no sé si maternidad obliga o qué pero como que me repuse un poco. Tal vez me olía que sería la “despedida” de mi pequeño como hijo único. Tras las correspondientes maniobras cayó pronto y el maromo y yo nos dispusimos a nuestro último rato de relax. Cena y un capitulito de House of cards. Seguía con contracciones, agarrándome a una silla del comedor (mi postura favorita para tolerar el dolor) a cada rato, pero sin periodicidad alguna. Sufrir pa na, pensaba yo. Pero bueno, “contenta”. Mientras veíamos el capítulo yo parecía que quería darle un morreo a Frank Underwood porque a cada poco me levantaba y apoyaba en la pared al lado de la tele para pasar la contracción. Al terminar el capítulo me dio la impresión de  las contracciones estaban siendo regulares así que decidí usar la típica aplicación y empezar a controlarlas. Esto sería sobre las 22:30. Entre pitos y flautas empecé a registrarlas algo más tarde cuando ya me acosté.

Como véis (mirando de abajo a arriba), estaba en lo cierto, parecía que había cierta regularidad. El dolor había aumentado un poco con respecto a la tarde, pero seguía siendo soportable. Cuando digo soportable me refiero a que dolía un huevo pero como duraba poco pues se sobrellevaba. Además de que una vez pasado considero esas contracciones como un ligero cosquilleo 😓😜😜

El Maromo me cedió el cuarto ya que yo el dolor, solita y en silencio lo paso mejor. Ruda que es una jajaja. Me colocó la pertinente silla eso sí, aunque yo quería intentar pasar las contracciones acostada para cansarme menos. Las primeras, lo conseguí. En alguna me tuve que incorporar. Hasta que de repente…

Ah, si queréis saber cómo nació El Santo, aquí lo tenéis .
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Comments (11)

  • Conciliando por la vida

    octubre 9, 2017 at 6:39 am

    Que emoción!!! Queremos saber ya!! 41 semanas de parto… No imagino como habría sido eso! A mi me pasó al contrario, iba convencida de que pasaría de largo la semana 40 y no la llegué a pisar!

    1. nuria_nueve_meses

      octubre 9, 2017 at 6:41 pm

      Pues yo me esperaba retrasarme pero no veas lo rollo que se me hizo la espera..

  • lapsicomami

    octubre 9, 2017 at 7:02 am

    Me encantan mucho los posts de parto. Me encanta mucho cómo lo cuentas tú (viva el humor). Pero… ¡no me encanta nada que me dejes a medias con la historia, canallilla! Jejeje Espero ansiosa la siguiente entrega.

    1. nuria_nueve_meses

      octubre 9, 2017 at 6:41 pm

      Jajaja, ya mismo en sus pantallas. En el siguiente episodio está el desenlace, que este no fue como el parto de El Santo que fue el parto de la burra. Gracias por pasarte. A mí también me encantan los post de partos.

  • Judit

    octubre 9, 2017 at 1:50 pm

    De repente???!!! Y así nos dejas??!!

    1. nuria_nueve_meses

      octubre 9, 2017 at 6:40 pm

      Jajajaj, mala persona soy. El desenlace en breve.

  • diasde48horas

    octubre 9, 2017 at 5:08 pm

    Bueeeno, habrá que esperar a la siguente entrega para leer el final de la historia… 😉

    1. nuria_nueve_meses

      octubre 9, 2017 at 6:39 pm

      Dentro de un par de días tenéis el desenlace Gracias por pasarte.

  • Alicia

    octubre 10, 2017 at 7:07 am

    Nuria, cómo nos haces esto??? Solidaridad con una que está próxima a un parto y ávida de leer casos, jajaja.

    1. nuria_nueve_meses

      octubre 12, 2017 at 9:42 pm

      ¡Pues ya está el desenlace en el blog!

  • 9 meses y 7 días después: el desenlace del parto de El Nuevo – Nueve meses y un día después

    agosto 30, 2018 at 6:07 pm

    […] en estas estábamos, con contracciones frecuentes, aunque aún algo distanciadas entre sí pero aumentando en duración, que había empezado a […]

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