Por mi cumple tuvimos un regalazo de manos de Chirimiri Kids un proyecto que me encanta y me parece muy original ya que ¡convierte tus muebles en juguetes! Cuando lo conocí pensé “pero esto, ¿cómo no se me había ocurrido?” Y lo digo porque vivimos apretadicos así que todo lo que sea plegable, transformable y demás, nos viene de lujo. Sus productos son muy fáciles de montar y también de guardar, ocupando poco espacio. Esto es una gran ventaja pero es que además, cuando están montados, lucen un montón.

Así de chulo viene empaquetado y se guarda.

¿Qué cosas molonas podemos encontrar en Chirimiri Kids?

Por un lado hay manteles casitas que se montan utilizando como esqueleto ¡una mesa! No me digáis que no está genial pensado porque anda que no ocupan las casitas si las dejamos montadas o que no es un tostón mortal andar montando y desmontando el soporte que lleven.

También hay productos para las puertas: puertas infantiles enteras o medias, de gigantes de Pamplona o guiñoles. Se aprovecha el marco de la puerta y chimpún. Y un guiñol fue lo que llegó a casa.

Aquí os dejo un vídeo del montaje pero os enseño cómo lo montamos El Santo y yo.

Abrimos el tubo y sacamos lo que venía, el guiñol en sí (tela plastificada de mucha calidad), las instrucciones y las tiras de velcro. Y una sorpresita que fascinó a El Santo jejeje. Ideal para distraerles en momentos de mejor toca poquito hijo jejeje.

1. Preparación

“Entre los dos” revisamos las instrucciones y vimos qué necesitábamos. Metro y rotu (para marcar en la puerta) preparamos.

2. Colocando el velcro en el guiñol

El velcro no es el típico velcro, sino como más resistente.

3. Midiendo y marcando la puerta

Para colocar las tiras de velcro en el sitio exacto y que se correspondan con las tiras que hemos colocado sobre el guiñol. El velcro que va en la pared es diferente, como transparente, y conviene dejarlo fijo (aunque yo creo que alguna vez se puede quitar para, por ejemplo, cambiar el guiñol de puerta), para que el pegamento no se vaya perdiendo, pero no se ve apenas.

4. ¡Colocando el guiñol!

Y por fin llegó el momento… ¡qué chulo queda!

Y… a jugar. El Santo disfrutó muchísimo ventana arriba, ventana abajo, pasando los muñecos de un lado a otro jejeje. Soy yo la que hace el guiñol porque por ahora él le pilla menos el sentido pero se puede usar un poco como casita. Pero estoy segura de que en las tardes lluviosas de este invierno empieza a jugar “verdaderamente” al guiñol. Por cierto, era de mis juegos favoritos de pequeña por lo que me hacía especial ilusión tener uno. Y a El Santo le entusiasman las marionetas así que probablemente cuando sea capaz de elaborar historias sea un entretenimiento de esos que dejan que los padres vayamos al baño en paz. Je,je,je.

¿Os gusta el guiñol? ¿Verdad que este es muy práctico y atractivo?  ¡Muchísimas gracias a Chirimiri Kids!